El patrimonio cultural de Torreón
se encuentra en franco deterioro
Jesús M. Moreno Mejía.
El Centro Histórico de Torreón se encuentra actualmente en franco deterioro, pues varios de sus edificios emblemáticos corren el peligro de venderse y desaparecer, tal como ha ocurrido con otros viejos inmuebles de ese sector. Mientras tanto, algunos de ellos se han transformado en verdaderos esperpentos, al colocar anuncios que cubren su fachada en base a una absurda modernidad que nadie entiende, como ha ocurrido con el edificio que otrora fuera el elegante Hotel Salvador, inaugurado en 1904.
Este majestuoso edificio, ubicado en la esquina de avenida Hidalgo y calle Zaragoza, es considerado un monumento nacional por ser parte de la historia de Torreón. Hoy en día, el interior de sus pisos superiores se encuentra en completo abandono, en tanto que algunos establecimientos comerciales ocupan la planta baja, cuya fachada ha sido cubierta con sendos anuncios que no debieron ser autorizados por las autoridades municipales.
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Esta denuncia pública no es nueva, pues de ello se ha ocupado también la prensa local y el cronista oficial de la ciudad, sin encontrar una respuesta efectiva de la autoridad, que prefiere enfocar sus baterías en sus propios proyectos, tales como la instalación de un inútil teleférico, dizque en aras de que Torreón se convierta en un atractivo turístico.
Recordemos brevemente que el edificio del Hotel Salvador fue construido a inicios del siglo XX por instrucciones del coronel Carlos González Montes de Oca, quien fuera el segundo Presidente Municipal de Torreón en 1894, cuando nuestra ciudad todavía era considerada una villa.
El estilo arquitectónico del Hotel Salvador corresponde al conocido como Chateau de la llamada “Bella Época” francesa, previa a la Primera Guerra Mundial. El edificio en sí y los servicios que prestaba hace 100 años eran de primer nivel, e incluso hay testimonios de visitantes extranjeros que consideraban ese establecimiento de la misma categoría de los principales hoteles europeos y estadounidenses.
Se tiene conocimiento pleno de que en ese hotel se hospedaron personajes de la vida nacional, entre ellos el primer Presidente Constitucionalista, Venustiano Carranza; el Gral. Álvaro Obregón, y hasta el legendario Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, así como personajes internacionales de alta alcurnia, entre ellos el magnate del algodón, Rafael Arocena, quien ordenó la construcción de otro edificio emblemático en Torreón, al que se le conoce hoy como el Edificio Arocena (mismo que data de 1920).
El Dr. Sergio Corona Páez, cronista oficial de Torreón, refiere que durante muchos años funcionó en su planta baja la tienda departamental “El Puerto de Liverpool”, en la que se vendía ropa y novedades de primera calidad, y en 1925 funcionó en ese lugar el primer café cantante que hubo en esta ciudad.
Sin embargo, en la actualidad en los bajos del edificio se encuentran algunos comercios que rompen los criterios de unidad que el inmueble debería tener, por ser patrimonio cultural de Torreón, afeando su fachada con enormes anuncios comerciales, al igual que otros viejos inmuebles del Centro Histórico.
Se sabe que dicho edificio fue adquirido por el comerciante de bienes inmuebles y de otros giros, Hassan Manssur, quien incluso pretendió reactivarlo de nueva cuenta como hotel, pero sin éxito pues no disponía de servicio de cochera para quienes ahí se alojaran. Se tiene el temor de que el edificio fuera a ser derrumbado para venderse a quien se interesara en instalarse en ese céntrico lugar, no obstante estar registrado como sitio histórico inalterable.
En otras ciudades de la República, las autoridades se encargan de mantener y de cuidar su patrimonio histórico, y en primer término están los edificios antiguos, que por sus características llegan a ser vistos como auténticas joyas arquitectónicas, sobre todo si tienen 100 años o más.
En Torreón no hay una normatividad vigente que establezca qué edificios deben ser objeto de cuidado y mantenimiento, e incluso hace un par de años el director de Obras Públicas del municipio, Gerardo Berlanga, declaró a un diario de esta ciudad que no se cuenta siquiera con un catálogo autorizado de edificios históricos.
Añadió que el único documento de control de esos inmuebles data de más de 20 años, estimando que alrededor de un 20 % ya han sido derrumbados, por lo que se hace necesario levantar un nuevo catálogo, actualizado, coordinadamente con representantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que son los únicos autorizados para determinar cuáles deben ser considerados edificios históricos.
Entre los que han desaparecido a la fecha están algunos que fueron verdaderas joyas arquitectónicas de nuestra ciudad, y que todavía era posible admirar en la segunda mitad del siglo pasado, como la casa de estilo morisco que se encontraba localizada en calzada Colón y avenida Abasolo, conocida como “La Alhambra”, propiedad de Fernando Rodríguez Rincón.
El arquitecto José Quiñones, director del Centro Histórico de Torreón, aseguró se han perdido veinticuatro inmuebles con valor histórico, confirmando que existe una ley federal que obliga a los propietarios de ese tipo de edificios a mantenerlos conservados.
Total, la situación no está resuelta del todo y por consecuencia hay necesidad de que se pongan a trabajar los integrantes del Consejo del Centro Histórico, pero para ello se requiere que los apoyen de manera efectiva autoridades municipales y estatales, y no como sólo acostumbran hacerlo, o sea con declaraciones optimistas que simplemente quedan en nada. ¡Hasta la próxima!
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